Siguieron adelante, llegaron a un sitio donde había agua y dijo el etíope: "Aquí hay agua. ¿Hay alguna dificultad para que me bautices?" Felipe le contestó: "Ninguna, si crees de todo corazón". Respondió el etíope: "Creo que Jesús es el Hijo de Dios". Mandó parar el carro, bajaron los dos al agua y Felipe lo bautizó. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El etíope ya no lo vio más y prosiguió su viaje, lleno de alegría. (Hechos 8:26-40)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/050825.cfm
Según la Ley de Dios, no había lugar en el templo para personas como el eunuco etíope. Pero Felipe escucha al Espíritu Santo y bautiza al eunuco. Como enseñó el Papa Francisco, hay espacio en la iglesia para todos. Como él dijo: «Todos, todos, todos». Rezamos para que el Espíritu Santo nos guíe en la elección de un nuevo papa.