Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

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En tiempo de Josías, el Señor me dirigió estas palabras: "Desde antes de formarte en el seno materno, te conozco; desde antes de que nacieras, te consagré como profeta para las naciones". Yo le contesté: "Pero, Señor mío, yo no sé expresarme, porque apenas soy un muchacho". El Señor me dijo: "No digas que eres un muchacho, pues irás a donde yo te envío y dirás lo que yo te mande. No tengas miedo, porque yo estoy contigo para protegerte", palabra del Señor. (Jeremías 1:1, 4-10)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072424.cfm
¿Era Jeremías realmente demasiado joven como dice, un muchacho? ¿O simplemente eso formaba parte de las excusas que todos utilizamos cuando Dios nos llama? Pero Dios puede vencer todas nuestras defensas. «¡No tengas miedo, yo estoy contigo para protegerte!»

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“¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?” Y señalando con la mano a sus discípulos, dijo: “Éstos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre”. (Mt 12:46-50)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072324.cfm
¿Cuál es el requisito para ser miembro de la familia de Jesús? ¿Es la raza, la etnia, el color de la piel, la pertenencia a una iglesia, la afiliación a un partido, el estatus migratorio, la identidad de género, un montón de dinero, la clase social? Jesús nos dice: «El que cumple la voluntad de mi Padre celestial es mi hermano, mi hermana y mi madre».

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Jesús le dijo: “¡María!” Ella se volvió y exclamó: “¡Rabbuní!”, que en hebreo significa ‘maestro’. Jesús le dijo: “Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: ‘Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios’ ”. María Magdalena se fue a ver a los discípulos para decirles, “He visto al Señor” y para darles su mensaje. (Jn 20:1-2, 11-18)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072224.cfm
La Iglesia siempre ha llamado a María Magdalena la «Apóstola de los Apóstoles». Su celebración tiene el rango de «fiesta», la misma dignidad que la de cualquiera de los apóstoles. El Señor Resucitado se apareció primero a María Magdalena, como afirma claramente el Cuarto Evangelio (el llamado Según San Juan). Aunque algunos han ignorado convenientemente este detalle, María Magdalena sigue proclamando con orgullo a los discípulos y a la Iglesia: «¡He visto al Señor!»
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"¡Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer a las ovejas de mi rebaño!, dice el Señor. (Jeremías 23:1-6)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072124.cfm
La gente a veces pierde el rumbo. El mundo es un caos y la gente busca respuestas sencillas y, por supuesto, buscan a alguien que les saque del caos. Desgraciadamente, hay quienes llevan a otros por el mal camino con mucho gusto. En realidad, son lobos disfrazados de ovejas. Las palabras de Dios a los pastores que engañan y dispersan el rebaño no deberían publicarse en las aulas de las escuelas, sino en los salones del poder y, especialmente, en los salones de las convenciones políticas. https://youtu.be/O163u0kNDxs?si=wncQN5PXSG_nmE4b

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¡Ay de aquellos que planean injusticias, que traman el mal durante la noche y al despuntar la mañana, lo ejecutan, porque son gente poderosa! Codician los campos y los roban, codician las casas y las usurpan, violando todos los derechos arruinan al hombre y lo despojan de su herencia. (Miq 2:1-5)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072024.cfm
En las lecturas diarias, comenzamos leyendo al profeta Miqueas. La imagen que da el profeta de los ricos que en sus camas están planeando cómo robar a los pobres es una descripción bastante acertada de cómo se hace hoy en día en los aviones de las empresas. La Virgen María siempre ha sido considerada la Madre de los Pobres, pues canta las alabanzas de Dios, que colma a los hambrientos de todo bien y despide a los ricos con las manos vacías.