Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni muere para sí mismo. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Por lo tanto, ya sea que estemos vivos o que hayamos muerto, somos del Señor. (Rom 14:7-12)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/110625.cfm
Hay un hermoso y antiguo espiritual que canta la providencia divina: “Él nos tiene a ti y a mí, hermana, en sus manos; Él tiene al mundo entero en sus manos”. En tiempos de incertidumbre, es fácil ceder al miedo y desconfiar unos de otros. Pero san Pablo nos recuerda que no vivimos con miedo, sino con esperanza; pase lo que pase, somos del Señor. La foto de hoy es de nuestra peregrinación al Niño Jesús de Praga, quien sostiene en su mano el orbe que representa al mundo.
https://youtu.be/eJaPrHBDkVM?si=I31YY44pF-W4OS62