Insensatos han sido todos los hombres que no han conocido a Dios y no han sido capaces de descubrir, a través de las cosas buenas que se ven a "Aquel-que-es" y que no han reconocido al artífice, fijándose en sus obras, sino que han considerado como dioses al fuego, al viento, al aire sutil, al cielo estrellado, al agua impetuosa o al sol y a la luna, que rigen el mundo. Si fascinados por la belleza de las cosas, pensaron que éstos eran dioses, sepan cuánto las aventaja el Señor de todas ellas, pues fue el autor mismo de la belleza quien las creó. (Sab 13:1-9)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/111425.cfm
Los argumentos filosóficos tradicionales a favor de la existencia de Dios resultan algo áridos y poco convincentes. La creencia en Dios siempre ha parecido algo extraordinario, maravilloso y, a la vez, aterrador. El Libro de la Sabiduría sugiere que la belleza sea la forma en que Dios conquista nuestros corazones. https://youtu.be/58t1Z4vHfM8?si=BnUXrTFlfu2LXptq
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
Viernes XXXII, Tiempo Ordinario
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