Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

- :
¿Ellos presumen de que son hebreos? Yo también lo soy. ¿De que son israelitas? Yo también lo soy. ¿De que son descendientes de Abraham? Yo también lo soy. ¿De que sirven a Cristo? Es una locura decirlo, pero yo lo sirvo más: yo les gano en fatigas y cárceles; y les gano por mucho en azotes y en peligros de muerte. Si se trata de presumir, presumiré de mis debilidades.
(2 Cor 11:18,21-30)
San Pablo tiene que defenderse de los ataques de los "super apóstoles". De todos los desafíos que enfrentaba San Pablo, éste tenía que ser el más difícil: ataques de compañeros cristianos, de compañeros apóstoles, todo en el nombre de Dios.

- :
Ustedes pues, oren así:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu Reino,
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
(Mt 6:7-15)
La oración que Jesús nos enseñó—el Padre Nuestro. Sencilla y profunda—porque nos da permiso de rezar con confianza a nuestro Padre Dios.

- :
Dios ama al que da con alegría. (2 Con 9:6-11)
Como solía decir mi profesor de homilética, el reverendo David Buttrick: "¡Si tienes mucho dinero, debes darlo!" Desafortunadamente, en el mundo de hoy muy pocos dan con alegría.

- :
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo; yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos. Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paganos? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto”. (Mt 5:43-48)
“Han oído ustedes que se dijo . . . yo, en cambio, les digo” es material clásico de Jesús. La pregunta nos llega, ¿amamos a nuestros enemigos? Como discípulos de Jesús, hemos pasado dos mil años encontrando todas las excusas posibles para NO cumplir con este mandato de Jesús—desde innumerables guerras hasta las guerras culturales actuales. Quizás ahora sea el momento de escuchar al Señor.

- :
Somos los “impostores” que dicen la verdad; los “desconocidos” de sobra conocidos; los “moribundos” que están bien vivos; los “condenados” nunca ajusticiados; los “afligidos” siempre alegres; los “pobres” que a muchos enriquecen; los “necesitados” que todo lo poseen.
(2 Cor 6:1-10)
Los problemas de ser apóstol, pero todavía San Pablo dice: “Ahora es el tiempo favorable; ahora, es el día de la salvación.”