Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

- :
Uno de los leprosos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ese era un samaritano. Entonces dijo Jesús: “¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?” Después le dijo al samaritano: “Levántate y vete. Tu fe te ha salvado”.
(Lc 17:15-19)
Se nota que los diez leprosos quedaron curados, pero uno solo fue salvado, el que regresó a darle gracias al Señor, y ese era extranjero. Ser agradecido es esencial para ser salvado. En el pasado este día se llamaba el Día del Armisticio, que celebro el acuerdo de paz que puso fin a la Primera Guerra Mundial, el día once, del mes once, a las once. Hoy también es la fiesta de San Martín de Tours—un soldado que tenía encuentro con un mendigo, cortó su túnica y le entregó al pobre, y después dejó la guerra y fue convertido a cristiano. San Martín fue el primer santo canonizado oficialmente que no era mártir.

- :
“¿Quién de ustedes, si tiene un siervo que labra la tierra o pastorea los rebaños, le dice cuando éste regresa del campo: ‘Entra enseguida y ponte a comer’? ¿No le dirá más bien: ‘Prepárame de comer y disponte a servirme, para que yo coma y beba; después comerás y beberás tú?’ ¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su obligación?
Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les mandó, digan: ‘No somos más que siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer’ ”.
(Lc 17:7-10)
“No somos más que siervos” . . . esto suena un poquito fuerte. Pero la Escritura nos dice que Jesús está en medio de nosotros como el que sirve (Lc 22:27). Y Jesús nos muestra como servir a los demás. Hoy es la fiesta de San León Magno . . . pues, la iglesia no da el apodo “Magno” a cualquier santo. Pero San León sí, califica como “siervo de los siervos de Dios”. Yo fui ordenado en la parroquia de San León Magno en Winston-Salem, Carolina del Norte.

- :
¿No saben acaso ustedes que son el templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?
(1 Cor 3:16)
La liturgia nos invita a celebrar el cumpleaños de templos. Hoy es el aniversario de la dedicación de la Basílica de Letrán que es la catedral de la ciudad de Roma. En la entrada de la basílica está grabado este letrero: “Omnium Urbis et Orbis Ecclesiarum Mater et Caput” (Madre y Cabeza de todas las iglesias de la ciudad [de Roma] y del Mundo). Pero San Pablo nos recuerda que Dios no habita un templo hecho por mano, Dios habita en nosotros.

- :
Hermanas y hermanos: No queremos que ignoren lo que pasa con los difuntos, para que no vivan tristes, como los que no tienen esperanza. Pues, si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual manera debemos creer que, a los que mueren en Jesús, Dios los llevará con él.
(1 Tes 4:13-14)
Todavía estamos dentro del Octavo de los Fieles Difuntos (2-9 de noviembre), y los llevamos con nosotros durante todo el mes de noviembre. Este domingo San Pablo nos recuerda de la enseñanza sobre los que se han dormido en el Señor. Nosotros los cristianos llamamos el lugar en donde enteramos nuestros seres queridos difuntos un “cementerio”, una palabra de griego que significa “dormitorio”, literalmente lugar para dormir, porque los cuerpos dormían hasta el día de la resurrección. La foto es del cemeterio Magnolia en mi pueblo, Mobile, Alabama.
Despiértate, tú que duermes,
levántate de entre los muertos,
y te alumbrará Cristo.
(Efe 5:14)
Johann Sebastian Bach citó la Parábola de las Diez Vírgenes (Mateo 25:1-13) para la cantata, Wachet Auf (Despertad, nos llama la voz), también conocida como Sleepers, Awake (ca. 1731).

- :
Ustedes saben, filipenses, que al comenzar a predicar el Evangelio, cuando salí de Macedonia, ninguna comunidad cristiana, fuera de ustedes, me brindó una ayuda económica a cambio de lo que habían recibido de mí . . . . Tengo de sobra con lo que Epafrodito me entregó de parte de ustedes, y que es para Dios ofrenda y sacrificio que él acepta con agrado. Y mi Dios, con su infinita riqueza, remediará con esplendidez todas sus necesidades, por medio de Cristo Jesús.
(Flp 4:15,18-19)
¡Qué importante esta pequeña comunidad de Filipos para el ministerio de San Pablo. Y San Pablo es muy agradecido por el dinero que la comunidad le regaló. Y nosotros somos muy agradecidos que la mamá de San Pablo le enseñó sus modales—porque ahora tenemos esta antigua carta de agradecimiento en nuestra Biblia. La foto de hoy es un papiro antiguo de la Carta a los Filipenses.