Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

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El Señor me dijo: “Habla en mi nombre a estos huesos y diles: ‘Huesos secos, escuchen la palabra del Señor. ‘Esto dice el Señor: Pueblo mío, yo mismo abriré sus sepulcros, los haré salir de ellos y les infundiré mi espíritu, los estableceré en su tierra y sabrán que yo, el Señor, lo dije y lo cumplí’ ”. (Ez 37:1-14)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/081922.cfm
El proyecto humano a veces puede parecer un gran fracaso, pero Dios puede levantar incluso nuestros huesos muertos y secos y darnos nueva vida, nueva esperanza, nueva visión.

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Los rociaré con agua pura y quedarán purificados; los purificaré de todas sus inmundicias e idolatrías. Les daré un corazón nuevo y les infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de ustedes el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Les infundiré mi espíritu; ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios. (Ez 36:23-28)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/081822.cfm
La misericordia y la compasión de Dios son inagotables. Dios hace nuevas todas las cosas. . . incluyéndonos a nosotros: ¡un espíritu nuevo, un corazón nuevo, un pueblo nuevo!

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Esto dice el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! Por eso, pastores, escuchen la palabra del Señor. (Ez 34:1-11)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/081722.cfm
Cuando el Papa Francisco dice que los pastores deben tener olor a oveja, está hablando del problema del clericalismo. El profeta Ezequiel también está hablando de pastores que se alimentan a sí mismos en lugar de a las ovejas. “Pastores, escuchen la palabra del Señor” y lo que sigue son algunas de las palabras más terribles de todas las Escrituras. Lo que Dios quiere es que los débiles sean fortalecidos, los enfermos sanados, los heridos atendidos, los descarriados sean devueltos, los perdidos sean encontrados. Como dice Dios: ‘Yo mismo buscaré a mis ovejas y las cuidaré’. Y como proclama gozosamente el salmista: El Señor es mi pastor; nada me falta.

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La palabra del Señor me llegó en estos términos: Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así habla el Señor:
“Tu corazón se llenó de arrogancia y dijiste: ‘Yo soy un dios; estoy sentado en un trono divino, en el corazón de los mares’. ¡Tú, que eres un hombre y no un dios, te has considerado igual a un dios! ¿Te atreverás a decir: ‘Yo soy un dios’, delante de tus verdugos? Serás un hombre, no un dios, en manos de los que te traspasen. (Ez 28:1-10)
https://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2022-08-16
El profeta Ezequiel pronuncia la condenación del Príncipe de Tiro, quien es la definición bíblica de la arrogancia. Es lo que sucede cuando nos ponemos prepotentes y actuamos como si fuéramos dueños del mundo. Habrá un ajuste de cuentas. Como nos recuerda Ezequiel: eres humano, no eres un dios.

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Cristo resucitó, y resucitó como la primicia de todos los muertos. Porque si por un hombre vino la muerte, también por un hombre vendrá la resurrección de los muertos.
En efecto, así como en Adán todos mueren, así en Cristo todos volverán a la vida, pero cada uno en su orden: primero Cristo, como primicia; después, a la hora de su advenimiento, los que son de Cristo. (1 Con 15:20-27)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/081522.cfm
Como nos dice el Prefacio de la Ascensión del Señor: “al lugar donde él nos precedió (tenemos) la confianza de que lo seguiremos”. La fiesta de hoy de la Asunción de María nos recuerda que un día, también nosotros lo seguiremos, porque él es el Camino, la Verdad y la Vida. Y como canta María en su himno de alabanza: “Mi alma glorifica al Señor. . . porque exaltó a los humildes. Santo es su nombre”.