Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

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Salmo Responsorial (Salmo 45)
R. Un río alegra a la ciudad de Dios.
Un río alegra a la ciudad de Dios, Su morada el Altísimo hace santa. Teniendo a Dios, Jerusalén no teme, porque Dios la protege desde el alba.
R. Un río alegra a la ciudad de Dios.
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/110922.cfm
El agua es vida. El agua trae vida eterna en el Sacramento del Bautismo. Una visita a Tierra Santa no está completa sin mojar los dedos de los pies en el río Jordán.

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Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvar a todos los hombres y nos ha enseñado a renunciar a la vida sin religión y a los deseos mundanos, para que vivamos, ya desde ahora, de una manera sobria, justa y fiel a Dios, en espera de la gloriosa venida del gran Dios y salvador, Cristo Jesús, nuestra esperanza. El se entregó por nosotros para redimirnos de todo pecado y purificarnos, a fin de convertirnos en pueblo suyo, fervorosamente entregado a practicar el bien. (Ti 2:1-8, 11-14)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/110822.cfm
Nuestra fe nos invita a vivir de una manera digna de nuestra vocación, a ser justos, sobrios y devotos, porque hemos sido amados infinitamente y ahora vivimos en la esperanza.

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El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras presbíteros en cada ciudad, como te lo ordené. Han de ser irreprochables, casados una sola vez; y sus hijos han de ser creyentes y no acusados de mala conducta o de rebeldía. Por su parte, el obispo, como administrador de Dios, debe ser irreprochable; no debe ser arrogante, ni iracundo, ni bebedor, ni violento, ni dado a negocios sucios. Al contrario, debe ser hospitalario, amable, sensato, justo, piadoso, dueño de sí mismo, fielmente apegado a la fe enseñada, para que sea capaz de predicar una doctrina sana y de refutar a los adversarios. (Ti 1:1-9)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/110722.cfm
Los requisitos para los presbíteros-obispos reflejan un período muy posterior al de San Pablo. Aunque los diáconos no se mencionan en este pasaje, es importante notar que la iglesia primitiva no usaba términos “religiosos” para sus ministros: episkopos (obispo) significa “supervisor”, presbyteros (présbiter) significa “anciano”; y diakonos (diácono) significa “mesero de mesa”; más bien usamos términos de la vida cotidiana. En la imagen de hoy hay un obispo, un presbítero y un diácono.

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En aquellos días, arrestaron a siete hermanos junto con su madre. El rey Antíoco Epífanes los hizo azotar para obligarlos a comer carne de puerco, prohibida por la ley. (2 Mc 7:1-2, 9-14)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/110622.cfm
Uno de los grandes pasajes de los Libros de los Macabeos. Y también uno que casi nunca se predica en Colombia . . . donde cuanto más grande es el chicharrón (cuero de cerdo frito con carne adjunta) ¡mejor calificación tiene el restaurante! Por supuesto el pasaje es predicado en Colombia pero sin mucha mención del motivo del martirio de los 7 hijos y su madre. Las matriarcas y las fuertes mujeres de fe son una bendición en Colombia, ¡junto con los chicharrones! Y aunque no está incluido en la lectura de hoy, el escritor lleva todo el pasaje a un final misericordioso: "Sea esto bastante para tener noticia de los banquetes sacrificiales y de las crueldades sin medida" (2 Mc 7:42).

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Tengo de sobra con lo que Epafrodito me entregó de parte de ustedes, y que es para Dios ofrenda y sacrificio que él acepta con agrado. Y mi Dios, con su infinita riqueza, remediará con esplendidez todas sus necesidades, por medio de Cristo Jesús. (Fil 4:10-19)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/110522.cfm
El Capitán Canguro enseñó a los niños de mi generación las palabras mágicas: por favor y gracias. San Pablo también aprendió la lección. En cierto sentido, su carta a los filipenses es un gran “gracias”. La Virgen María también nos invita a unirnos a su himno de acción de gracias a Dios: Mi alma proclama la grandeza del Señor.